Hoy me preguntaron que era la contracultura Mexicana, no sé como interpretar la pregunta viniendo de una boca sabia a las ocho de la mañana, la verdad es que no tengo bien delimitado el concepto contracultura, lo uso claro está con una desmesura ridícula, sin embargo de algo estoy cierto: la contracultura nada o casi nada tiene que ver con la denominada cultura underground, como nos han hecho pensar los miles de fanzines publicados en el pasís, los videos y pósters que vemos en ciertos bares.
Algunos sin duda me acusaran de reaccionario, otros sencillamente cerrarán ésta página y no volverán a acceder a ella, empero, lo que voy a decir se desprende de mi convencimiento rotundo: José Agustín exageró como sólo él sabe hacerlo al hablar de la contracultura en México, claro, su texto está cargadísimo de sentimentalismos y una actitud paternalista petulante, y de eso, se puede congraciar, pero hasta ahí, el término contracultura es un término gringo y además setentero que promovía o pretendía la búsqueda de nuevos senderos, ha decir verdad es un concepto cargadísimo a la política, en sus raíces pretende la instauración del régimen socialista, el dominio del alfabeto racionalista: Panteras Negras por ejemplo, de ellos le podemos preguntar a las canciones del recientemente fallecido James Brown.
Digo que no es lo mismo contracultura que underground porque el primero aspira a ser cultura, en alguna otra parte lo expliqué con la idea de la subversión, puede ser barata la representación, pero la podemos reducir a “quítate que ahí te voy”, es decir, hacer cultura pero no desde los parámetros de la cultura misma, sino irrumpiendo en ellos, será además un error pensar a la nueva contracultura con la izquierda o lo que se pretende presentarse como izquierda, la contracultura quiere alejarse de lo establecido no importa si proviene de los grupos radicales de izquierda o del conservadurismo recalcitrante de algunos países, lo que intenta es promover un nuevo estadio en la cultura. Por su parte el underground es un asidero anticapitalista, que no busca valoración estética allende a sus propios intereses, tampoco pretende establecerse como modelo
De esa forma y para ser escueto como todo blog exige, puedo concluir diciendo que la contracultura mexicana es algo tan débil que no representa ningún contrapeso a la cultura de estado, así que amigo, la contracultura mexicana es un trabajo inagotable al que nos tenemos que unir para extender la cultura al infinito y no darle continuidad sólo hacia enfrente.