viernes, 20 de junio de 2014

Extracto de la respuesta a carta silencio

Miguel querido!
Heme aquí culpable de todo lo que dices...yo fui uno de esos practicantes del silencio, hoy lo recuerdo con gran pena, en lugar de callar hubiera querido decirle tantas cosas...sin embargo, no es menos cierto, cosa curiosa si las hay, que para mi era el silencio el ultimo bastión de resistencia ante la patología desenfrenada de los celos, ante el permanente estado de sitio, para mi el peligro era, aunque no lo creas, la palabra, cada palabra que yo decía era la palabra inadecuada, por obra y gracia de la metáfora y la metonimia, todo lo que yo podía decir era hábilmente usado en mi contra, 
todo
todo
Te he contado que utilicé mis mejores palabras para exorcizar sus demonios, le dije fuerte y claro que quería estar con ella, que no estaba con ella para tapar lo que había pasado con M.., que la amaba, pero caramba, estos votos tenían que ser renovados todos los días, y cada vez con más vehemencia, puesto que siempre me quedaba corto. Mis palabras se gastaron, se rompieron, mostraron su lado vacío, ya sabemos que se las lleva el viento...no alcanzaría a contarte el infierno que viví en sus laberintos verbales, todo me llevaba a la desesperación y a la condena.
Siempre yo el inadecuado, el insuficiente, el pasivo...siempre esa relación que más que una relación de a ratos parecía un burdo juego de ingenio a ver quien tiene la lengua más filosa...me mató.



miércoles, 18 de junio de 2014

Extracto de carta a mi padre

Padre:
Comienzo confesando que este correo es producto de nuestra última llamada (la del día del padre) que de acuerdo con mi celular tuvo una duración de apenas 1:12 minutos. Al terminar me pregunté ¿en verdad sólo tengo 72 segundos de plática con el pacha? Puesto en retrospectiva es horrible, imagínate que tienes, tu como padre, menos de 100 segundos para charlar con tu hijo que has visto caer, crecer, llorar, ser feliz etcétera en 30 años. Eso sin duda debe de encender focos rojos. Toda relación que fundamentada en telegramas debe, o bien ser analizada, o de plano cambiar de nombre, dejar de llamarse relación para convertirse en comunicación (vil y sin entraña).
                Ese domingo le di vueltas al asunto y llegué a la evidente conclusión de que no es falta de plática, es tan falta de práctica. Me imagino recorriendo los perenes caminos guadalupenses por varias horas sin dejar de hablar, claro hay neutros: Enrique Peña Nieto, Salinas, el perredismo, los viejos amigos, las oportunidades y tantas otras cosas. Pero también hay novedades, relaciones sociales, oportunidades aprovechadas, rechazadas. Desalientos y alientos a futuro próximo. Entonces lo de los 72 segundos debe ser un incidente, o bien exceso de hormona y socialización. Lo pongo así, yo fui criado en un ambiente mucho más libre que el tuyo y aun así, tengo terminantemente prohibido mostrar emociones: no lloro, no tengo dolores emocionales, los físicos siempre se pueden minimizar, la sangre no da pavor y los gritos se sustituyen por quejidos sordos.
                En ambos casos, hay que corregir la conducta y darle nuevos derroteros.

Carta a Tino

Mi muy querido
He descubierto mi criptonita, he dado con ese elemento que me hace miserable y que me quita todas las fuerzas. Es el silencio. Esa ausencia puede desarmarme, me deja abandonado. El silencio querido tino, debería de estar penalizado porque duele. Mi pareja ha optado por regalarme su silencio y cala hondo, hasta el fondo. El silencio se mete por los huesos, aniquila algunas corrientes nerviosas, hace la sangre lenta, la cuaja, la convierte en nata.
Y es que en el silencio cabe todo: en él están la violación, el viaje, la falta de celular, de interés, la preocupación, el llanto, la felicidad, el engaño, el sexo desenfrenado con un mesero italiano. Las lágrimas que caen sobre el río frío. Cabe el desamor. Cabe el desaliento. El silencio es el único capaz de congregar todo lo que existe y existirá.
Por eso tino, el puto silencio debería estar penalizado, debería de existir un juicio sumario a todos aquellos que ejerciten el silencio, que lo practiquen, que lo provoquen. Burócratas malditos que buscan desestabilizar. Nunca más el silencio
Maldigo, hermano mío, todo lo que callan los que callan, porque el silencio es el miedo y el miedo paraliza y estar paralizado es estar condenado, estar esperando que los otros decidan por uno, que lo humillen, que lo ensalcen.
Hablemos fuerte y claro, digamos con todas sus palabras que callar es de cobardes, que callar lastima, es violento, tan violento como un golpe en la cabeza.
Hermano tino, hay tanto por decir, pero esta sensación no cabe en un millón de hojas en blanco.

Pero decime, ¿vos cómo estás? ¿Cómo lograste superar el silencio de ...? ¿Qué dice la mar? ¿Es cierto que es más ancha y más profunda que el penar?
Abrazos Tino.


Desde Tijuana,


domingo, 15 de junio de 2014

Los Hijos Por: Eduardo Galeano

Hace once años, en Montevideo, yo estaba esperando a Florencia en la puerta de la casa. Ella era muy chica; caminaba como un osito. Yo la veía poco. Me quedaba en el diario hasta cualquier hora y por las mañanas trabajaba en la Universidad. Poco sabía de ella. La besaba dormida, a veces le llevaba chocolatines o juguetes.
La madre no estaba aquella tarde, y yo esperaba en la puerta de la casa el ómnibus que traía a Florencia de la jardinería.
Llegó muy triste. No hablaba. En el ascensor hacía pucheros. Después dejó que la leche se enfriara en el tazón. Miraba el piso.
La senté en mis rodillas y le pedí que me contara. Ella negó con la cabeza. La acaricié, la besé en la frente. Se le escapó alguna lágrima. Con el pañuelo le sequé la cara y la soné. Entonces volví a pedirle:
- Andá, decime.
Me contó que su mejor amiga le había dicho que no la quería.
Lloramos juntos, no sé cuánto tiempo, abrazados los dos, ahí en la silla.
Yo sentía las lastimaduras que Florencia iba a sufrir a lo largo de los años y hubiera querido que Dios existiera y no fuera sordo, para poder rogarle que me diera todo el dolor que le tenía reservado.

sábado, 14 de junio de 2014

Halcones

Raza, no nos queda más que aprender idiomas para entender realidades. “Los límites de mi lenguaje, representan los límites de mi mundo” decía Wittgenstein, que quiere decir, que el encuentro con la realidad –propia, de la alteridad, de la divinidad- se lleva a cabo a partir de mediaciones: la palabra, el pensamiento, el conocimiento a la mano. Lo que nos lleva a declarar que la realidad no puede ser percibida inmediatamente y de forma directa, sino apropiada, interpretada y comunicada.
Por eso estamos en contra de la homologación y en este blog, siempre buscamos entender los contextos de producción de cualquier manifestación cultural (en su acepción simbólica)
Ahora voy a dar un giro de tuerca en lo que usualmente ven en este espacio, y les voy a mostrar FALCAO un documental sobre los halcones, pero no sobre las aves, sino sobre los jóvenes cuyo trabajo es vigilar los espacios para que los narcotraficantes puedan operar. Aquí, en México también se llaman halcones, y son esos que vemos en las esquinas con radios nextel avisando los movimientos que ellos consideran sospechosos para que los "amigos" trabajen en condiciones.
Debo confesar que este documental va más allá de los halcones, porque no sólo explora el trabajo de cuidar espacios para el tráfico de drogas, sino su validación social en contextos de marginación. La relación con la policía, la estructura interna y otros elementos que hacen el video más importante que el mero registro. Por ejemplo, la frase esa de "yo no soy delincuente -dice un halcón- yo estoy aquí porque no tengo otra alternativa" Zaz, golpe a las estructuras y remata "Yo no fumo, inhalo o bebo ni siquiera pertenezco a estos lugares, pero aquí estoy"
Analíticamente, el documental está bien fundamentado desde su metodología, es decir, contextualiza en tiempo espacio, deja claro los registros que utilizará y el manejo de cámara no varía, eso lo hace mucho más fácil. Claro que hay faltas que el espectador podrá encontrar, pero no es nada grave y tampoco  imposibilita su lectura. Recomiendo intentar superponer nuestra realidad mexicana a la aquí expuesta.

Advierto que el documental está sólo en portugués-brasileño, y que el lenguaje es mayoritariamente slag de favelas, pero que vale la pena el esfuerzo

Vea usted AQUÍ el documental




Liga directa: http://vimeo.com/13838977

domingo, 8 de junio de 2014

Sueño 7 ?

Por algún motivo que me empeño en poner en lo académico, tengo que viajar a Indiana. En esa ciudad no conozco a nadie, de hecho, y esto es verdad, no tengo un inglés académico para ir a ninguna universidad y eso me da pavor. Un día comentando con los amigos descubro que mi ex gran amigo del alma, R, vive en Carolina del Norte. Ni siquiera sé si eso es cerca de Indiana, pero decido hablarle y comentarle mi situación –serán unos meses- le digo. Responde afirmativamente, llego a su casa, un espacio poco más que pobre, dos o tres habitaciones y catres. En la cocina también hay un lecho. Cuando llego a la ciudad cae una nevada terrible, y mi pareja me habla desde Grecia para enseñarme el sol que baña las islas –acá no deja de nevar- le respondo un poco celoso.
R tiene que trabajar, es rielero, su esposa también trabaja en los trenes, pero ella es administrativa
-       –Mi madre fue una de las pioneras, aunque soy zacatecana tengo el trabajo asegurado, mira- Me muestra un volante que dice, “la compañía central de trenes de Carolina del Norte ha abierto plazas: 100 generales y tres para los hijos de los ex trabajadores” –pues yo soy una de ellas.
La nieve cala mucho, me regreso a la cabaña y está la mamá de R, la Señora J, que prepara café de olla. Le propongo tomar una taza de americano en el Starbucks más cercano, le digo que yo invito y me rechaza tajante, le digo entonces, que me diga dónde está la tienda más cercana, Wal-Mart, target, lo que sea. Aseguro que compraré café y una cafetera italiana y que además le enseñaré a prepararlo –es rápido, barato y delicioso. Nunca me responde.
Salgo a las calles nevadas, tengo un gorro café y una chamarra del mismo color, escucho algo de “yo la tengo” y camino hasta perderme de mi mismo, gélido, purificado por la blancura de la nieve que sigue cayendo, me recuesto en el piso. La veo, la presiento, es la hipotermia –te estaba esperando cobarde, le grito mientras me quito las botas.

Mi cuerpo es hallado cerca de un río, azul casi morado, no obstante se le ve feliz, un gesto triunfante se nota en el rostro encasquetado en un gorro café manchado de blanco.
-Es sangre de la nieve. Escucho que dice un paramédico.

lunes, 2 de junio de 2014

golpes

Me asaltan unas ganas de terribles de golpear y ser golpeado. Un tipejo como yo peleando con un cholo tatuado, unos golpes en la cabeza con el puño, narices ensangrentadas, ojos rojos. A nadie le extrañaría que un día te partan la madre –me dijo-
                Está bien, pensé, en el fondo lo merezco, he destruido tanto que sí, va. Que tanto son unos litros de sangre para los ríos de lágrimas que he causado, algunos he de aceptarlo, con ganas de verlxs llorar, pero los más por actos inconscientes, viajes lejanos por largos periodos, palabras sueltas al aire como quien dice –vida- pero quiere decir muerte.
                Si me pegan me voy a quitar los lentes, podré el reloj en una esquina y me lanzaré gustoso a la batalla. Hay tanto coraje acumulado, está desde Galeano (todos lxs galeanos) hasta las rupturas de las que fui testigo, canciones dedicadas, autobuses que se alejan, aviones que parten. Fumar en el área para fumadores patrocinado por Lucky Strike en munich nomás por el gusto de no comer, marearse como borracho, vomitar saldeuvas
Por cierto ¿dónde carajos es bali?  ¿Qué mierdas es eso de la fenomenología del espíritu?
Y si mejor canto una de Antonio Aguilar?
Y si dejo todo y me transformo en el piporro? Imposible, no soy atractivo y tampoco tengo el don de la voz, canto, diría mi madre, horrible pero con muchos sentimientos.
¡pero como vendo cassetes!



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