El Domingo fue la instalación de Spencer Tunick en el zócalo de
Una hoja en la mano me identificaba como inscrito y como mayor de edad, una desvelada chica recibía las hojas que colocaba en una caja de cartón. Me senté frente a los arcos identificados por el papel rojo y el verde, más al lado del verde, dando la cara al Majestic, a mi lado un señor de mediana edad me comentaba lo subversivo que había sido salir de Puebla de los Ángeles con la finalidad de quedar desnudo, según sus palabras, nadie lo podía creer, ¿cómo iba a ir a ese lugar de inmorales? Pues bueno, toma una decisión y llega en la noche de ese mismo día, una maleta lo acompaña y la firme convicción de que hará algo que rompe los esquemas. De cierto modo me identifico, creo que estoy ahí por subvertir algo, por quejarme, por mostrarme fuera de lo común, por pensar que no todo son las grandes trasnacionales, quejarme del monopolio de Microsoft, o no sé, quebrar la estructura de la realidad, presentarme como patológico, claro junto con otros 18 mil movidos por sus propias convicciones, entre las que creo pudo existir el amor al arte.
Asiento, le respondo que en efecto que de eso se trataba, compartimos más que un cuadro y una botella de agua, todo iba bien, pero recuerdo que es un evento de fundación condesa, de la misma gente que recibió a la señorita Paris Hilton con hurras y vítores rayanos en lo absurdo, mi instinto revolucionario se muere de un solo plomazo, no importa, me mueve el deseo de hacer algo que muchos quisieran hacer, espero la orden, así, como si fuera un soldado raso, y la espero junto con todos, uno... dos… tres… y ahí a la hora que nos indicaron nos despojamos de las prendas.
Acto seguido y por ordenes explícitas cada uno toma un cuadro de los miles que hacen de piso en la plancha del zócalo, todos atendemos, la primera foto genial, todos viendo al frente, pero para la segunda, se le ocurre que saludemos a una bandera que no existe, muchos no lo hacemos, nos pide posición fetal, de chivito como gritaban en coros inmensos, muchos no lo hacen por aquello del aire colado, pero no lo hacen, el fotógrafo da ordenes cada vez más estrictas seguidas de un POR FAVOR accidentado, muy gringo pues. Caminamos a 20 de noviembre para pretender una manifestación y bueno, fotos y brazos, y nalgas y senos, y penes, y todo feliz, pero marcado por ordenes.
Muchos dijeron haber sentido una sensación de libertad, a mi me dio un gusto inmenso la adrenalina corría, pero ni así, ni desnudo, ni sin prejuicios morales de ese orden, me sentí libre, algo me hacia presión, una presión que evidentemente desdeñé, pero que ahora que lo pienso existió.
Sin embargo y lo aseguro, lo volvería hacer miles de veces, es una sensación inefable. En el transcurso de
EL SeÑOR gary jules por cierto.
4 comentarios:
¿Fuiste a la foto de Spencer
Tunnick?
Pocas, muy pocas, poquísimas veces digo esto:
TE ENVIDIO
Bravo, broder, bravo, buena crónica.
OWOOWWWO CUERPOSSSSSSSSSSSSSSSSSSS, VARIOSSSSSSSSSSS..ME GUSTAAAAAA JA
BESOS,
A
Pues mira, el video esta super bonito y conmovedor, me fascino!!!.
Respecto al acontecimiento del domingo 6 de mayo es algo fuera de serie en la Ciudad de México, no obstante respeto y admiro a todas esas personas que asistieron ya que tuvieron mucho valor, sin embargo no creo que todas esas personas que asistieron haya sido por arte, sino también por morbo. A mi parecer y por que vivo en la Cd. de México yo no lo haría, ya que como mujer te sientes acosada cada día, si porq te miran en la calle,si porq te quieren tocar en el metro,si porq te chiflan, etc. y lamentablemente piensas ¿si hacen eso cuando tienes ropa, imaginate si te encuentras desnuda?
Al menos no lo haría en esta Cd.
ATTE: CUQUITA
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