jueves, 19 de junio de 2008
Woody Allen
Woody es un señor feo, de grandes gafas y cara triste, de esos que puedes ver en cualquier lugar y sabrías de inmediato que el ganador de la apuesta serías tu.
A veces imagino personajes como Woody: los veo, llego a su lado y les grito que se paren para que me siente en el lugar que ocupan en el metro aunque haya varios asientos vacios.
Pero las apariencias engañan y este señor tiene muy buen humor, y cuando lo lees, lo escuchas u observas sus filmes no haces más que reír y en algunos momentos pensar.
Pensar por ejemplo ¿qué se sentirá casarte con tu hijastra?, ¿le pedirás que use algo de su madre? etcétera.
Cuando empezaba su carrera trabajaba para periódicos de poco tiraje (igual que Bukowsky) y en alguno de ellos dijo esto:
ES IMPOSIBLE VIVIR LA PROPIA MUERTE CON OBJETIVIDAD Y ADEMÁS, CANTAR UNA CANCIÓN
EL UNIVERSO NO ES MÁS QUE UNA IDEA TRANSITORIA EN EL PENSAMIENTO DE DIOS. ES UN HERMOSO PENSAMIENTO, AUNQUE BASATANTE INCÓMODO, SOBRE TODO SI ACABAS DE PAGAR EL ANTICIPO DE UNA CASA
OJALÁ VIVIERA DIONISIOS ¿DÓNDE COMERÍA?
Allen es un provocador por excelencia, es su trabajo buscar el enojo de los otros, el hacer que las instituciones que creemos inquebrantables se hagan trisas y la fórmula es símple: conocer del tema para ironizar sobre él, así el que se casó con su hijastra pone en tela de jucio a Freud y a Kant.
Por cierto, le gusta el jazz:
así que pos hay que darle una revisadita, no es para rendirle culto, pero si reconocer su trabajo.
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