Mi muy querido
He descubierto mi criptonita, he dado con ese elemento que me
hace miserable y que me quita todas las fuerzas. Es el silencio. Esa ausencia
puede desarmarme, me deja abandonado. El silencio querido tino, debería de
estar penalizado porque duele. Mi pareja ha optado por regalarme su silencio y
cala hondo, hasta el fondo. El silencio se mete por los huesos, aniquila algunas
corrientes nerviosas, hace la sangre lenta, la cuaja, la convierte en nata.
Y es que en el silencio cabe todo: en él están la violación,
el viaje, la falta de celular, de interés, la preocupación, el llanto, la
felicidad, el engaño, el sexo desenfrenado con un mesero italiano. Las lágrimas que caen sobre el río frío. Cabe el desamor. Cabe el desaliento. El silencio es
el único capaz de congregar todo lo que existe y existirá.
Por eso tino, el puto silencio debería estar penalizado,
debería de existir un juicio sumario a todos aquellos que ejerciten el
silencio, que lo practiquen, que lo provoquen. Burócratas malditos que buscan desestabilizar.
Nunca más el silencio
Maldigo, hermano mío, todo lo que callan los que callan,
porque el silencio es el miedo y el miedo paraliza y estar paralizado es estar
condenado, estar esperando que los otros decidan por uno, que lo humillen, que
lo ensalcen.
Hablemos fuerte y claro, digamos con todas sus palabras que
callar es de cobardes, que callar lastima, es violento, tan violento como un
golpe en la cabeza.
Hermano tino, hay tanto por decir, pero esta sensación no
cabe en un millón de hojas en blanco.
Pero decime, ¿vos cómo estás? ¿Cómo lograste superar el
silencio de ...? ¿Qué dice la mar? ¿Es cierto que es más ancha y más
profunda que el penar?
Abrazos Tino.
Desde Tijuana,
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